Nacional

Muere José Agustín, escritor mexicano y pionero de la literatura de la onda

José Agustín, escritor, dramaturgo, guionista y columnista mexicano, murió hoy a la edad de 79 años, luego de enfrentar diversos problemas de salud que arrastra desde su accidente, una caída de dos metros desde un escenario, sucedido en el año 2009.

A través de Facebook, su familia había pedido oraciones en su honor, ya que se encontraba con un problema grave. Cientos de amigos, familiares, conocidos y fanáticos se unieron a las plegarias o buenos deseos con el objetivo de verlo mejorar en el futuro inmediato.

¿QUIÉN ERA JOSÉ AGUSTÍN? ASÍ FUE SU EXTENSA TRAYECTORIA

José Agustín nació en Acapulco, Guerrero, el 19 de agosto de 1944 y desde temprana edad se vio interesado por el mundo de las letras. Su primera obra, «La tumba», llegó a la escasa edad de 19 años, y de hecho, es uno de los grandes clásicos de la llamada literatura de la onda.

La Literatura de la Onda toca las vivencias de lugares marginados en la ciudad, principalmente, así como su modo de ver el mundo y su lenguaje. Es un retrato de la juventud, quienes pretendían ser más realistas en su escritura, y acercarse a los demás a través de sus propias experiencias de vida, musicalizadas por el rock and roll, entre otros géneros contraculturales y muchas veces acompañadas de la experimentación con las drogas.

JOSÉ AGUSTÍN EN LA LITERATURA

Estas fueron las obras que nos dejó uno de los «onderos» más famosos de México:

La tumba, 1964

De perfil, 1966

Abolición de la propiedad, 1969

Se está haciendo tarde (final en laguna), 1973

El rey se acerca a su templo, 1978

Ciudades desiertas, 1982

Cerca del fuego, 1986

La panza del Tepozteco 1992

Dos horas de sol, 1994

Vida con mi viuda, 2004, Premio Mazatlán de Literatura 2005

Armablanca, 2006

CUENTOS

Inventando que sueño, 1968

La mirada en el centro, 1977

Furor matutino, 1984

No hay censura, 1988

No pases esta puerta, 1992

La miel derramada, 1992

Cuentos completos, 2001

ENSAYO, CRÓNICA Y PERIODISMO

La nueva música clásica, 1969

Tragicomedia mexicana 1: La vida en México de 1940-1970, 1990

Contra la corriente, 1991

Tragicomedia mexicana 2: La vida en México de 1970-1982, 1992

Camas de campo (campos de batalla), 1993.

La contracultura en México: la historia y el significado de los rebeldes sin causa, los jipitecas, los punks y las bandas, 1996

Tragicomedia mexicana 3: La vida en México de 1982-1994, 1998

El hotel de los corazones solitarios, 1999

Los grandes discos de rock: 1951–1975, 2001

La ventana indiscreta: rock, cine y literatura, 2004

La casa del sol naciente (de rock y otras rolas), 2006

Vuelo sobre las profundidades, 2008

TEATRO

Abolición de la propiedad, 1969

AUTOBIOGRÁFICA

Autobiografía, 1966

El Rock de la cárcel, 1984

Diario de brigadista. Cuba, 1961, 2010

GUIONES

Ahí viene la plaga, 1985 (Escrito con: José Buil y Gerardo Pardo)

El apando, 1975 (Escrito con: José Revueltas)

¿DE QUÉ MURIÓ JOSÉ AGUSTÍN?

José Agustín Ramírez presentó algunos problemas de salud graves momentos antes de su muerte. A través de las redes sociales, su hijo reveló que se tratan de problemas de salud que le aquejan desde hace varios años y que lo alejaron del mundo literario; sin embargo, dijo que se trataba de un diagnóstico reservado.

«Es@s buen@s lectores y lectoras de don José Agustín, mi padre y un gran escritor, se solicitan sus oraciones o ke manden buena vibra porque el jefe está bastante delicado, debido a problemas de salud que hace años lo arrancaron del mundo literario, si creen en dioses o tienen alguna buena voluntad que puedan compartirle, se les agradecerá infinitamente…»

Se sabe que José Agustín sufrió una caída en el año 2009. Estaba en un escenario cuando de pronto su cuerpo yacía en el suelo, fueron dos metros casi letales que le provocaron diversas heridas como seis costillas fracturadas, en el cráneo y una lesión en el oído izquierdo.

Años más tarde, su hijo escribió para la revista Proceso que desde entonces, su padre había sufrido de una «moderada, pero definitiva amnesia» que lo incapacitó para siempre de seguir escribiendo. (El Heraldo de México)