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Desastre químico en Ohio no es un Chernobil, pero sí pagaremos durante meses los daños ambientales

*El Heraldo Digital diseccionó el panorama en Ohio junto a la experta Nancy Alejandra Aguilar Valdez quien aclara que las toxinas permanecerán meses

La noche del 3 de febrero, cerca de las 21:00 horas, un tren con más de una decena de vagones que transportaba una variedad de productos desde Madison, Illinois, a Conway, Pensilvania, se descarriló cuando viajaba a 75 kilómetros por hora, en East Palestine. Al menos 11 tenían materiales peligrosos, entre ellos el cloruro de vinilo, un compuesto químico altamente peligroso. Para entender la magnitud de este desastre, El Heraldo Digital conversó con la doctora en Ciencias Nancy Alejandra Aguilar Valdez. 

El cloruro de vinilo es un gas incoloro, se incendia fácilmente y es inestable a altas temperaturas, es una sustancia manufacturada que no ocurre naturalmente en el ambiente y la mayor parte de lo que se produce se usa para fabricar un polímero llamado cloruro de polivinilo, conocido comúnmente como PVC, de acuerdo con la catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de Estados Unidos. 

ES MUY PELIGROSO

Cinco de los vagones afectados en el accidente químico llevaban 437 mil 500 litros de cloruro de vinilo, de acuerdo con información recopilada por la BBC, lo que causó el desalojo de unos 2 mil residentes, de los casi 5 mil que hay en el poblado, sin que se hayan reportado víctimas mortales hasta el momento; sin embargo, funcionarios reportaron que 38 mil 222 peces pequeños y unas 5 mil 550 especies como cangrejos de río y anfibios habían muerto en un radio de 8 kilómetros. 

“El cloruro de vinilo es bastante tóxico, es un gas que de entrada es explosivo y es muy muy tóxico con el cuerpo humano, ya sea inhalado o con contacto en la piel, tanto a corto como a largo plazo es peligroso”, refirió Aguilar Valdez, quien precisó que la dosis letal en humanos es de cerca de 120 mil partes por millón (ppm).

La experta detalló que órganos como el hígado y riñones, podrían resultar afectados en una exposición larga, incluso, podría haber efectos neurotóxicos y daños al sistema nervioso central, “puede propiciar cáncer y también es mutagénico, es decir, personas embarazadas expuestas pudieran ver afectaciones en el feto”, refirió.

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¿ES UNA CATÁSTROFE COMO CHERNOBYL?

El descarrilamiento del 3 de febrero provocó evacuaciones y temores de contaminación del aire y el agua después de una quema controlada de productos químicos tóxicos para evitar una explosión. Ante el hermetismo de las autoridades llevó a muchos usuarios de redes sociales a comparar lo ocurrido en Ohio con el desastre nuclear de Chernóbil. 

El 26 de abril de 1986 en la central nuclear de Chernóbil, en la ciudad de Pripyat, Ucrania (entonces parte de la Unión Soviética), durante una prueba de seguridad, el reactor número 4 sufrió una explosión que liberó una gran cantidad de material radiactivo al aire el desastre tuvo graves consecuencias para la salud y el medio ambiente, con miles de muertes y enfermedades relacionadas con la radiación en los años siguientes.

Sin embargo, la docente Nancy considera que una comparación con este evento es exagerada, “son eventos muy diferentes cuando hablamos de componentes nucleares o radiactivos nucleares hay una degradación mucho más lenta y la contaminación, aunque eso no quiere decir que no es grave lo que pasó. Sin embargo, algunos medios podrían haber «pecado» de amarillismo con el tema.

La doctora Aguilar advierte que las consecuencias del impacto ambiental podrían durar meses o incluso años, por lo que será necesario monitorear continuamente la calidad del agua y el aire en la zona afectada. Calculó que el 30% de los compuestos habrán desaparecido en 40 días y se espera que se degrade en su totalidad en aproximadamente tres meses.

SÍ ES MUY GRAVE

La experta en química hizo hincapié que aun cuando el desastre no es de repercusión mundial, de acuerdo con los datos actuales, aun así no se debe minimizar su gravedad, pues explicó que las consecuencias de la exposición a pequeñas cantidades de cloruro de vinilo durante largos períodos de tiempo podrían representar un afecciones y las repercusiones variarán, debido a que no todos los organismos resistirán de la misma manera. Las personas soportan hasta una concentración de 20 ppm de cloruro de vinilo sin que los efectos sean perjudiciales.

La situación es apremiante, pero no es una catástrofe que afectará a todo el mundo. Foto: AP.

Y es que los funcionarios liberaron y quemaron intencionalmente cloruro de vinilo tóxico de cinco vagones de tren, a fin de evitar una explosión descontrolada. Pero las llamas y la cantidad de humo negro dejaron a la gente con inquietudes sobre los posibles efectos en la salud, incluso cuando las autoridades sostuvieron que estaban haciendo todo lo posible para proteger a las personas.

Estar en presencia de grandes cantidades durante incluso unos minutos puede ser extremadamente dañina. Recalcó que además los productos de descomposición del cloruro de vinilo, como el fosgeno, las emisiones de CO2 y el cloruro de hidrógeno también son muy tóxicos y cancerígenos. Estas sustancias pueden provocar daños en la piel, los ojos y las membranas mucosas de la nariz al primer contacto.

¿LLEGARÁ A OTROS ESTADOS O PAÍSES?

En espacios como Twitter mucha gente externó el miedo a consumir productos que vinieran de Ohio, pues temían que estuvieran contaminados, al respecto, Aguilar Valdez declaró que las probabilidades de que eso pase, sólo si hubiera sido a un lado de cultivos podría haber cierto grado de riesgo.

“Y es difícil, no podría estar contaminado, porque iba a temperatura ambiente… Este gas se vuelve líquido a una temperatura de menos 14 grados celsius… Además las plantas no absorben ciertos compuestos y menos lo expresarán en el fruto”, profundizó.

Y aunque el agua pudiera así estar contaminada, desde el 15 de febrero, Mike DeWine, gobernador del estado de Ohio informó el miércoles a los residentes que viven cerca del lugar del descarrilamiento de un tren con gas tóxico que es «seguro» beber agua, mientras las autoridades investigan las posibles consecuencias ambientales del accidente registrado a principios de febrero. Sin embargo exhortó a la gente a «usar agua embotellada». «No se arriesguen», dijo.

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AÚN EXISTE UN LARGO CAMINO POR RECORRER

El aire podría ser malo durante un tiempo considerable, más si las condiciones ambientales no son favorables, por lo que tendrá que haber un constante monitoreo, lo que cayó en el suelo también tardará en erradicarse y será tarea de las bacterias que ahí vivan hacerlo.  

Y existen más preocupaciones que tendrán que ser atendidas por las autoridades, la doctora  Aguilar Valdéz apuntó que además había otros residuos de los que no se ha hablado, como el benceno, éter monobutílico de etilenglicol, acrilato de etilhexilo, isobutileno y acrilato de butilo, estos también con una toxicidad importante.

Los senadores federales de Ohio, Sherrod Brown y J.D. Vance, han expresado su preocupación por la posible liberación de dioxinas, que pueden permanecer en el medio ambiente durante largos períodos y pueden circular en un ecosistema. Sin embargo, la decana de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh, la doctora Maureen Lichtveld, ha sugerido que la población debería preocuparse más por el cloruro de vinilo que por las dioxinas y que la salud mental de la comunidad afectada debería ser una mayor prioridad.

La Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus iniciales en inglés) ordenó al operador ferroviario Norfolk Southern que comience a efectuar pruebas en busca de dioxinas. Hasta el momento, los exámenes que ha realizado la agencia en busca de “indicadores químicos” han dejado entrever que existe poca posibilidad de que el descarrilamiento liberara toxinas, indicó la EPA.

LAS AUTORIDADES INSISTEN EN QUE ES SEGURO

Las autoridades federales y estatales han afirmado en repetidas ocasiones que es seguro que los residentes evacuados regresen a la zona, y que los análisis del aire en la ciudad y en el interior de cientos de hogares no han detectado niveles preocupantes de contaminantes procedentes de los incendios y de los productos químicos quemados.

A pesar de estas garantías y de las numerosas conferencias de prensa y visitas de políticos, muchos residentes siguen expresando una sensación de desconfianza o tienen preguntas persistentes sobre a qué han estado expuestos y cómo afectará a sus familias y sus comunidades en el futuro.

En tanto, la especialista de la UNAM concluyó que lo mejor en estos casos es que las poblaciones más vulnerables, embarazadas, menores de edad y personas de la tercera edad, tengan chequeos constantes para tratar los síntomas, si es que llegan a tener, tras la exposición.  (El Heraldo de México)